Logotipo o identidad

Estaba la semana pasada diseñando la imagen de una empresa comercializadora de productos de consumo y me acordaba de las diferencias entre las distintas perspectivas a través de las que hay que observar a las marcas. Como dice David Aacker en su libro «construir marcas poderosas», son cuatro: Desde el punto de vista del producto, buscando transmitir la oferta al público al que va dirigida, desde el punto de vista de su simbología, creando los iconos precisos para representar a la marca, desde el punto de vista de la organización, transmitiendo lo que hay detrás de la marca, y por último desde el punto de vista de la personalidad de marca, desarrollando el carácter con el que establecer vínculos con aquellos que se sientan identificados.

¿cuantas veces hemos visto un manual de marca gráfica con el título de «manual de identidad corporativa»?

Concluida la propuesta para esta empresa comercializadora de productos de consumo, concretamente de bebidas importadas, he podido reflexionar sobre la complejidad de trasmitir la actividad sin caer en el error de utilizar atributos de producto en el diseño de una marca que lo que debe manifestar son los valores, avales y garantías que una organización puede transmitir a sus gamas, líneas y productos. Circunstancia en el proyecto que me ha sometido a un replanteamiento de cada una de las conclusiones a las que he ido llegando y así hasta la cuarta propuesta, ¡a la cuarta llegó la vencida!

¿Mi experiencia en un pozo? Lo cierto es que la experiencia me ha servido para afrontar los tres intentos previos y no caer en la tentación de cerrarme en banda y dar por resuelto el ejercicio. Consciente de que deberé apoyarme en este trabajo cuando me toque colaborar en el desarrollo de algo mucho más complejo que es la identidad.

El resultado ha sido un guiño sencillo sobre la inicial del nombre de la compañía, un pequeño gesto con el que lograr explicar su actividad,  transmitir que se trata de una empresa actual, enfocada y creativa, y además manifestar su carácter como empresa de gestión, todo mediante un sencillo logotipo que potencia la capacidad de retener y memorizar la marca.

El paso siguiente es desarrollar el manual de normativa gráfica, atentos al desarrollo de su identidad de forma que podamos plantear una estrategia que atienda aquellos puntos con los que potenciar a la marca en todas sus perspectivas y sentidos.

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